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Se realizaron dos experimentos (Exp 1 y Exp 2). En el Exp 1, se utilizaron un total de 48 nulíparas a las que se les ofrecieron los tratamientos experimentales que siguen: una dieta control en base a maíz-harina de soja (C) conteniendo un 1,16% de fibra soluble (FS) y un 9,98% de fibra insoluble (FIS), una dieta con un 30% cascarilla de avena (AS) con alto contenido en FS (3,02% FS y 10,06% FIS); una dieta con un 12% de paja de trigo con alto contenido de FIS (AIS; 1,08% FS y un 18,09% FIS) y una dieta con un 21% de cascarilla de soja (AS+AIS; 2,46% de FS y 24,55% de FIS). Los animales fueron alimentados de acuerdo a su peso vivo a partir de la primera cubrición, satisfaciendo sus necesidades diarias. Entre los días 28 y 35 de gestación se sacrificaron cerdas con gestación confirmada y se retiró el tracto reproductivo para inspección y recuento. En el Exp 2., se utilizaron un total de 716 cerdas divididas en tres ensayos experimentales consecutivos. En el ensayo 1, se utilizó una dieta control en base a maíz-harina de soja (C) (0,42% FS y 10,50% FIS), una dieta con un 31% de cascarilla de avena (AS) conteniendo 1,93% FS y un 8,87% FIS. En el ensayo 2 se utilizó la misma dieta C y una dieta con un 13% de paja de trigo (AIS) con un 1,10% FS y un 17,67% FIS, y en el experimento 3 los animales se alimentaron con C y una dieta con un 21% de cascarilla de soja (AS+AIS) conteniendo 1,50% FS y 17,77% de FIS. En los tres ensayos las dietas se ofrecieron ad libitum a partir del segundo día post-cubrición. De todos los animales se registró el número total de lechones nacidos, los nacidos vivos, así como el peso de los lechones. Además se registró el consumo de alimento de la madre y la duración de la lactación.
En el Exp 1, no se observaron diferencias en cuanto al ritmo de ovulación entre los animales alimentados con los diferentes tratamientos experimentales. De todos modos el número de embriones vivos fue inferior en los animales alimentados con dietas con bajo contenido AIS y las dietas AS+AIS respecto a los animales alimentados con C o AS (9,9 y 9,1 vs. 11,9 y 10,6; respectivamente; P<0,05). En el Exp 2, no se observó ninguna interacción entre la dieta experimental y los efectos principales estudiados (número de partos, genética o época del año). La inclusión de FS y FIS durante la gestación no afectó al tamaño de la camada. De todos modos los animales alimentados con AS+AIS mostraron mayor consumo de pienso y menor pérdida de peso durante la lactación (P<0,01) respecto a las cerdas alimentadas con la dieta C.
Se concluye que la utilización de dietas con alto contenido en fibra durante la gestación no perjudica los parámetros productivos y reproductivos de la cerda. La incorporación de niveles crecientes de fibra soluble e insoluble en las dietas de gestación no mejoró el tamaño de la camada.
J. A. Renteria-Flores; L. J. Johnston; G. C. Shurson; R. L. Moser and S. K. Webel, 2008, Journal of Animal Science, 86, 2576-2584.
